
Mascha Kaléko (Golda Maria Aufen) nace el 7 de junio de 1907 en el seno de una familia judía en Chrzánow, una pequeña ciudad de la Galitzia occidental, al norte de Czernowitz y al oeste de Cracovia, que perteneció al Imperio Austrohúngaro hasta 1918 y luego pasó a Polonia. Emigra con su familia a Alemania, al estallar la Primera Guerra Mundial. Su padre fue internado, inmediatamente, al llegar a Fráncfort, debido a su nacionalidad rusa-polaca. La madre se muda con sus hijas, Mascha y su hermana menor Lea, a Marburgo. Su padre fue liberado más tarde. Después de la guerra, la familia se establece en Berlín. Se casa con el enseñante de hebreo Aaron Kaléko. En 1938 emigra a Nueva York con su segundo marido Chemjo Vinaver y el hijo de ambos. Ejerce como traductora y ayudante de su marido, especialista en música jasídica y, además escribe textos publicitarios. En 1959 sigue a su marido a Israel donde la poeta experimenta un segundo exilio. En 1968 la pareja Kaléko sufre un golpe del destino. Su hijo Steven fallece en Estados Unidos de modo inesperado, tenía apenas 31 años. La pareja no se recuperará nunca de esta pérdida. En 1973, luego de una larga enfermedad fallece su marido. Mascha Kaléko muere el 21 de enero de 1975 en Zúrich. Fue enterrada en el Cementerio en Friesenberg, Zúrich, como ella lo deseó, acompañada sólo por canciones y oraciones judías. Es considerada como una de las voces clave de la poesía de la posguerra, junto a Rose Ausländer, Hilde Domin y Nelly Sachs. Su primer libro el ‹Cuaderno lírico estenográfico. Versos sobre la cotidianidad› (Das lyrische Stenogrammheft. Verse vom Alltag) publicado en 1933 por la Editorial Rowohlt está catalogado como el bestseller de la lírica alemana de todos los tiempos.
En el exilio
Tuve una patria bonita hace tiempo –
Así cantó ya el refugiado Heine.
La suya estaba a la orilla del Rin,
la mía en la arena de la comarca de Brandenburgo.
Todos nosotros teníamos una (¡ver arriba!).
Se la devoró la peste, se deshizo en la caída.
Oh, rosita del matorral,
a ti te rompió la fuerzaatravésdelaalegría.
Los ruiseñores han enmudecido,
añoran un domicilio seguro,
ahora sólo chillan los buitres
en lo alto, sobre una hilera de tumbas.
Esto no será nunca, lo que fue,
si es que llega a ser de otra manera.
Aunque la querida campanita suene,
aunque ninguna espada tintinee.
En ocasiones siento, como si
el corazón se me rompiera.
Tengo a veces nostalgia.
Lo único que no sé, es de qué.
Im Exil
Ich hatte einst ein schönes Vaterland –
So sang schon der Flüchtling Heine.
Das seine stand am Rheine,
Das meine auf märkischem Sand.
Wir alle hatten einst ein (siehe oben!).
Das fraß die Pest, das ist im Sturz zerstoben.
O Röslein auf die Heide,
Dich brach die Kraftdurchfreude.
Die Nachtigallen wurden stumm,
Sehn sich nach sicherm Wohnsitz um,
Und nur die Geier schreien
Hoch über Gräberreihen.
Das wird nie wieder, wie es war,
Wenn es auch anders wird.
Auch, wenn das liebe Glöcklein tönt,
Auch wenn kein Schwert mehr klirrt.
Mir ist zuweilen so, als ob
Das Herz in mir zerbrach.
Ich habe manchmal Heimweh.
Ich weiß nur nicht, wonach
*
De viaje
Me voy de viaje otra vez
con mi silenciosa
compañera, la soledad.
Nos quedamos las dos solas
y no tenemos más nada en común
que este punto en común.
El extranjero es consuelo y tristeza
y engaño como todo. Con el tiempo
parece sueño nomás y soledad.
Auf Reisen
Ich gehe wieder auf Reisen
Mit meiner leisen
Gefährtin, der Einsamkeit.
Wir bleiben zu zweien einsam
Und haben nichts weiter gemeinsam
Als diese Gemeinsamkeit.
Die Fremde ist Tröstung und Trauer
Und Täuschung wie alles. Von Dauer
Scheint Traum nur und Einsamkeit.
*
Palabras al viento
En la tierra, por cada pequeña palabra pagas
cada vez que rompes el silencio.
Tan profundo como amas serás herido
y malentendido casi tan a menudo como hablas.
Worte in den Wind
Du zahlst für jedes kleine Wort auf Erden,
für jedes Mal, da du das Schweigen brichst.
So tief du liebst, wirst du verwundet werden
und mißverstanden, fast sooft du sprichst.
©Traducción: Geraldine Gutiérrez-Wienken. Revición Harry Almela.
©Mascha Kaléko: Verse für Zeitgenossen. Schoenhof Verlag Cambridge, Mass. 1945.
©Mascha Kaléko & Zoch-Westphal, G. Heute ist morgen schon gestern. Gedichte aus dem Nachlass. Arani, Berlin 1980. [Edición póstuma].
Archivo dtv, Múnich